¿Quién no ha querido salvar al mundo
conquistando a la chica de turno? ¿Quién no ha querido viajar a los lugares más
exóticos del planeta? ¿A quién no le ha apetecido tomarse un Martini en un
casino rodeado de bellezas? ¿Quién no ha soñado alguna vez con realizar una
persecución a toda velocidad con un increíble deportivo lleno de gadgets?
¿Quién no ha querido ser James Bond?
Como puede que ya sepáis, el agente
secreto más conocido del mundo celebra su 50 aniversario este 5 de octubre, y
que mejor forma de conmemorarlo que haciendo un repaso a la historia de los coches
que han formado parte de la historia de Bond. James Bond.
Al oír las palabras James Bond y coches
a todo el mundo le viene a la mente un Aston Martin con metralletas y un
asiento eyector. Aunque a lo largo de sus cincuenta años, Bond ha conducido
coches no tan glamurosos, como por ejemplo
un Renault 11 o un Citroën 2CV.
Para conocer la historia de algunos de
los coches que han aparecido en las películas de James Bond es necesario comenzar
por el principio, y es que los orígenes del primer coche del agente británico
son bastante humildes. Tanto que el primer coche que condujo era prestado.
El comienzo de la saga: Sunbeam Alpine
Nos situamos en la primera película de
la saga, “Agente 007 Contra el Dr. No”, en esta entrega, Sean Connery viaja
hasta Jamaica para detener los planes del malvado Dr. No. Allí, además de
encontrarse con Ursula Andress se ve obligado a huir de los secuaces del
villano de turno. Para ello empleó este pequeño deportivo inglés que pertenecía
a uno de los vecinos de la isla.
El modelo que apareció en la película se
trataba de un modelo de la segunda serie en color azul y sin ningún gadget. El
Alpine contaba con un motor 1.6 y 80 caballos que resultaba suficiente para
alcanzar los 100 km/h en algo más de 13 segundos, llegando a alcanzar los 158
km/h de velocidad máxima.
Este pequeño biplaza inglés, destinado a
rivalizar con los Triumph y MG de la época sufrió una evolución al final de su
vida comercial, y bajo el nombre de Sunbeam Tiger se convirtió en el “coche de
empresa” de otro agente secreto de la época: Maxwell Smart, Superagente 86.
La aparición de un icono: Aston Martin DB5
El coche más famoso de James Bond
apareció en la tercera película de la saga “James Bond contra Goldfinger”.
Aquí, Bond conduce este DB5 en color plata modificado por Q con extras como por
ejemplo ametralladoras, asiento eyector, escudos antibalas…
A pesar de que Ian Fleming, creador del
personaje, escribiese que Bond usa un Aston Martin DB Mk III, los
productores prefirieron utilizar el DB5 al tratarse del último modelo de la
compañía inglesa en el momento en el que se rodó “Goldfinger”.
El coche que vemos en la película se
trata de uno de los prototipos originales desarrollados por Aston Martin,
aunque en las escenas de acción, este fue sustituido por un modelo de serie. No
cabe duda de que la película impulsó las ventas del DB5, hasta convertirlo en
el icono de la marca inglesa.
El Aston estaba dotado con un motor 4.0
que desarrollaba 282 caballos, y que alcanzaba velocidades por encima de los
230 km/h. Con estos datos no resulta extraño que este modelo inglés haya tenido
casi tanto protagonismo como el propio James Bond.
Desde su debut en
"Goldfinger", el DB5 ha aparecido en otras cinco películas de la saga
del agente secreto (incluyendo el próximo estreno: "Skyfall"). La
influencia de este modelo en la historia de James Bond ha sido tan fuerte que
ha sido objeto de numerosas reproducciones a escala (en 1964 fue el juguete más
vendido de Inglaterra).
Pero aquellos que buscaban algo más que
un juguete tuvieron la oportunidad de poder poseer uno de los DB5 utilizados en
"Goldfinger" y "Operación Trueno". Desgraciadamente, como
todo lo bueno tiene un precio, este DB5 no iba a ser menos. En 2010 fue
subastado por un precio de 2.600.000 Libras. Yo me conformaré con uno de
juguete, que soñar es gratis.
El descapotable que no lo era: Toyota 2000 GT
Este coche Bond no es precisamente un
coche Bond. El 2000 GT era el coche de la asistente del espía británico en
"Sólo Se Vive Dos Veces". El mayor aliciente de este vehículo se
encontraba en su carrocería.
Como los más entendidos se habrán
percatado, el 2000 GT fue creado como un coupe, pero a la hora de utilizarlo en
la película surgió un pequeño problema. Debido a la altura de Sean Connery, en
su quinta película como James Bond, el espacio interior del Toyota era
insuficiente. Debido a esto se vieron obligados a buscar soluciones
alternativas.
En primer lugar se optó por desarrollar una versión
targa, pero la cabeza de Connery sobresalía por encima del parabrisas. Algo
nada apropiado para un agente de la talla de Bond. Para que el 2000 GT pudiera
formar parte de la película se optó por crear dos modelos con carrocería
descapotable... aunque técnicamente no era descapotable
del todo.
A pesar de que las versiones que aparecen en pantalla cuentan con un techo plegado, éste era meramente decorativo. Teniendo en cuenta el espectacular resultado final pienso que deberían haber apostado por comercializarlo. Además de por su carrocería, el 2000 GT destacaba por su equipamiento.
A pesar de que las versiones que aparecen en pantalla cuentan con un techo plegado, éste era meramente decorativo. Teniendo en cuenta el espectacular resultado final pienso que deberían haber apostado por comercializarlo. Además de por su carrocería, el 2000 GT destacaba por su equipamiento.
Dotado de elementos como televisión,
teléfono, radio controlada por la voz... el 2000 GT no se queda atrás respecto
a muchos modelos premium de hoy en día.
Pese a no tener datos del modelo
descapotado, supongo que contaría con el mismo que el coupe original. Dicho motor estaba modificado por Yamaha y desarrollaba 150 caballos, siendo capaz de alcanzar casi los 220 km/h.
El coche submarino: Lotus Esprit y Esprit Turbo
Para una persona del calibre de James
Bond, usar un coche únicamente por tierra firme es demasiado aburrido. Con la
intención de satisfacer sus necesidades se utilizó un Esprit. Lotus Esprit.
En un momento de "La Espía que me Amó" Roger
Moore se ve obligado a huir de los secuaces del villano. Para despistarlos,
Bond lleva el coche hasta un puerto y conduce hasta el mar. Una vez bajo el
agua, el Esprit esconde sus ruedas y se transforma en un submarino.
Este Esprit subacuático estaba dotado de
periscopio, torpedos, sistema de propulsión... todo el equipamiento necesario
para un paseo bajo el mar.
Por si a alguien el Esprit les pareciese
escaso (pese a contar con un motor de 160 caballos capaz de lanzarlo por encima
de los 210 km/h), se decidió emplear la versión Turbo en "Sólo Para Sus
Ojos". El modelo Essex Turbo, del que se fabricaron 45 unidades, contaba
con 210 caballos a disposición del conductor y era capaz de llegar hasta los
240 km/h sin muchos esfuerzos.
En esta entrega protagonizada de nuevo
por Roger Moore, no hay escenas suficientes como para que el Lotus pudiese
acaparar el protagonismo, ya que los hombres al servicio del villano del film intentan
forzar el coche y este explota como medida de protección.
Para tratar de satisfacer las
necesidades de Bond, Q le hace entrega de otra unidad, en este caso en color
rojo. Pese a esto, en las posteriores escenas el coche apenas hizo acto de
presencia y desgraciadamente para los fans no llegó a mostrarse ningún gadget.
Etapa BMW
Entramos en la década de los 90, y con
ella entró el cambio en la saga. Con la llegada de Pierce Brosnan se produjo
una revalorización del personaje, al tiempo que se hizo un mayor hincapié en el
marketing. Y por supuesto, si hay una marca que ha sabido hacer uso de las
películas para promocionar sus coches ha sido BMW (aunque no hay que olvidar a Audi).
En “Goldeneye”, además de volver a ver
al querido DB5 compitiendo contra un Ferrari 355 Spider, aparece
durante unos escasisimos minutos un flamante ejemplar del BMW Z3 cabrio. En la
primera escena Q le enseña a Bond los gadgets a su alcance (desde los
habituales lanzamisiles hasta un freno con paracaídas), pese a que en ningún
momento los llega a utilizar.
Más tarde en la película vuelve a
aparecer, con el paisaje caribeño de fondo, justo para que James Bond y la
chica de turno se bajen de él y se suban a un avión. Sinceramente, creo que
deberían haber introducido alguna escena de acción con el Z3, pero por lo menos
el pequeño biplaza alemán no sufrió ningún daño.
En “El Mañana Nunca Muere” Bond contó
con un BMW 750iL repleto de gadgets. Tras varias escenas, el sedán alemán de 346
caballos, protagonizó una espectacular persecución en un parking. Mientras huye
de sus rivales, algunos de ellos curiosamente conduciendo Mercedes, Bond activa
gadgets como el lanzamisiles, gases tóxicos, clavos afilados o incluso un
cortador de cables situado bajo el emblema del capó.
Puede que todo esto no suene demasiado
diferente con respecto a los demás vehículos de la saga, pero lo más importante
es el hecho de que durante toda la persecución Bond controla el coche desde el
asiento trasero con su teléfono móvil. Para conseguir convertir la ficción en
realidad, se instaló un volante en la parte de atrás del asiento del conductor
para el especialista.
En “El Mundo Nunca es Suficiente”, Bond
tiene a su servicio una unidad del exclusivo BMW Z8 con un motor V8 con 400
caballos “prestado” del M5. Este modelo, también dotado de control remoto
aparece en varias escenas del film, y pese a que no realiza una persecución
tiene un papel destacado en una escena de acción. Al igual que un helicóptero cargado
con sierras eléctricas gigantes.
Tratando de acercar el coche al lugar
donde Bond se esconde, éste activa el control remoto del Z8 y consigue destruir un helicóptero.
Desgraciadamente para el deportivo alemán y para los fans, entre los que me
incluyo, de su afilado diseño construido como homenaje al BMW 507 de los años
50, las sierras acaban por cortarlo por la mitad.
El retorno de Aston Martin
Para celebrar la vigésima película de la
saga Bond se volvió a contar con un Aston Martin como coche para las escenas
principales de acción (no hay que olvidar que el DB5 ha aparecido a lo largo de
los años en escenas puntuales).
En “Muere Otro Día”, última película de
Pierce Brosnan como Bond, se optó por un Aston Martin Vanquish, que entre otras
cosas estaba equipado con sensores que le permitían ser invisible al ojo
humano.
El Vanquish fue el protagonista, junto
con un Jaguar XK-R Cabrio, de una espectacular persecución en un lago helado en
Islandia. Como no iba a ser menos, los dos deportivos británicos surcan el hielo
a velocidades extremas mientras los misiles se cruzan en el aire en una de las
mejores persecuciones de la saga Bond de los últimos años.
Uno de los gadgets más famosos, el
asiento eyector, cuenta con su propio homenaje en estas escenas. Cuando Bond es
alcanzado por un misil, el Vanquish vuelca y comienza a patinar sobre el techo.
Justo en ese momento Yao, el secuaz de turno, dispara un misil en dirección al
Aston Martin.
Afortunadamente para Bond, activa la
eyección del asiento del pasajero, y por el impulso el coche gira sobre sí
mismo para volver a colocar las ruedas en el hielo. Típico de Bond.
Con la introducción de Daniel Craig como
nuevo James Bond se volvió a dar un giro en la saga. En este caso se pretendía
humanizar al personaje, mostrarlo más cercano al espionaje real. Pero que nadie
se espere ver a Bond conduciendo un aburrido sedan familiar diesel, pese a que
en sus primeras escenas apareciese al volante de un Ford Mondeo.
En “Casino Royale”, James Bond conduce
un Aston Martin DBS V12 de 510 caballos. Debido al realismo del film, los
gadgets fueron sustituidos por un kit médico y una pistola. Algo escaso he de
decir. Aunque para insuficiente la persecución.
Tras ver como secuestran a su amada, Bond
sale tras los malos, y descubre que su chica ha sido colocada en medio de la carretera.
Esto hace que Bond gire rápidamente, haciendo que el DBS de varias vueltas de
campana y acabe destrozado en medio del campo.
Dos años más tarde, en 2008, salió a los
cines “Quantum of Solace”. En esta entrega, presenciamos una espectacular persecución entre otro DBS y unos Alfa Romeo 159 que acaba con el Aston repleto
de golpes y con los Alfas completamente destruidos.
Para la nueva película de la saga, “Skyfall”
(que se estrena en noviembre), no se conoce cuál será el vehículo que acompañe
a Bond en sus misiones, aunque tras ver en el tráiler al Aston Martin DB5 y a
un Land Rover Defender parece que han recurrido a la vieja escuela británica.
Como hemos podido comprobar, muchos han
sido los coches que han aparecido a lo largo de los cincuenta años que James
Bond lleva con nosotros, tantos que si los hubiese nombrado a todos ya no
habría nadie leyendo estas líneas, pero Bond no ha utilizado solamente coches.
Desde motos, hasta submarinos con forma de iceberg no ha habido máquina sobre
la tierra que se resista al agente secreto más famoso de la historia.
Galería de vídeo:
“Agente 007 Contra el Dr. No”: Sunbeam Alpine
“James Bond contra Goldfinger”: Aston Martin DB5
"Sólo Se Vive Dos Veces": Toyota 2000 GT
"La Espía que me Amó": Lotus Esprit
"El Mañana Nunca Muere": BMW 750iL
"Muere Otro Día": Aston Martin Vanquish
"Quantum Of Solace": Aston Martin DBS











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