Minicoches

Si tu pequeño Fiat 500 se te ha quedado grande, o si un Seat Ibiza te parece enorme, seguro que el lanzamiento de un modelo como el Volpe colmará tus expectativas más exigentes.



Imaginemos un monoplaza diseñado por Zagato (famoso por crear algunas de las versiones más especiales de Aston Martin), con motor eléctrico y que conseguirá que nunca necesites preocuparte por encontrar aparcamiento. Pues dejad de soñar, puesto que a partir de 2013, el Volpe aparecerá en nuestras carreteras... a una velocidad un poco lenta, ya que el Volpe no es un coche cualquiera. Concretamente, ni siquiera es un coche.

Para ser exactos, el Volpe, es en realidad un cuadriciclo, lo que significa que podrá ser conducido desde los 15 años con licencia de ciclomotor. Este monoplaza de 1,5 metros de alto, 350 kilos de peso y una velocidad máxima de menos de 50 km/h, estará a la venta a un precio aproximado de unos 7.000 €.



Como era de esperar, el Volpe tiene algunos defectos, como por ejemplo que no es precisamente bonito, únicamente cuenta con un asiento, no tiene maletero, resulta muy caro, en el mundo real no podrás acceder al interior de tu lugar de trabajo con él porque tu jefe no te lo permitirá (o porque tus compañeros se reirán de tí)...

En realidad parece que la única ventaja del Volpe con respecto a una bicicleta es que no llegarás sudando a la oficina.


Debido a la noticia de la futura aparición del Volpe, he tomado la decisión de sumergirme en el mundo de los minicoches y realizar una comparativa entre tres modelos que representan la esencia de este pequeño segmento.


Para realizar esta prueba podría haber adoptado un tono humorístico, diciendo que estos coches parecen premios de un Kinder Sorpresa o algo así, pero en vez de esto, he hecho una feroz y seria investigación en Google, y he descubierto una serie de modelos que cuentan con las principales características del segmento de los minicoches. Obviamente, a la hora de analizar estos modelos, hay que dejar a un lado algunas cosas como velocidad, estilo, practicalidad, seguridad... pero todo ello es por la causa.

Causa a la que pueden sumarse un gran número de personas, debido a que para conducir estos coches en miniatura no es necesario poseer carnet de conducir, basta con la licencia de ciclomotor. Esto significa que pueden ser conducidos desde antes de los dieciocho años de edad. En realidad, y esto lo he comprobado en persona, pienso que esto apenas tiene importancia ya que ningún adolescente quiere ser visto en uno de ellos a la salida de su instituto.

Para arrancar esta feroz comparativa de minicoches, he decidido comenzar por una de marca con un nombre que representa su esencia: Microcar.

Bajo el nada exótico nombre de MGO F8J, se encuentra un modelo que en la propia marca denominan como "el microcar más deportivo". Razón no les falta, ya que no hay más que ver su parte trasera con dos tubos de escape dobles para sospechar que hay algo potente bajo el capó.

El motor que se esconde bajo la fina carrocería es un Lombardini bicilíndrico de cuatro tiempos y 505cc. Este propulsor diésel es capaz de alcanzar velocidades de unos 45 km/h. Ya avisé que era deportivo. Para acentuar la deportividad de su propuesta, Microcar ha adornado su MGO F8J con un color amarillo metalizado único en esta versión, llantas de aleación de 14 pulgadas en color negro, spoilers y un volante deportivo.

Pero su equipamiento no acaba aquí, ya que además cuenta con cristales tintados, elevalunas eléctricos, posavasos y alerta de luces encendidas. Seguro que más de uno ya se estará preguntando que esta combinación de deportividad y tamaño reducido (sólo 3,02 metros de largo y un peso de 349 kilos) debe tener algún defecto.

Y vaya si lo tiene, ya que para poder disfrutar de un MGO F8J hay que desembolsar 12.600 €. Por ese dinero se puede comprar un Ford Ka (cuyo precio base es de 8.900 €) y equiparlo con algún que otro extra. O también se puede comprarse el coche y una buena bicicleta para moverse por la ciudad.


Pero voy a ceñirme al mercado de los minicoches, y para ello voy a introducir a nuestro siguiente contendiente, el Chatenet CH26. El CH26 se presenta como una alternativa más potente que el MGO F8J, ya que cuenta con nada más y nada menos que un motor diésel Yanmar de 523 cc y 5,4 caballos.

Además de más potente, el Chatenet CH26 es mucho más lujoso que el Microcar, ya que entre su equipamiento nos encontramos con sensor de marcha atrás, cierre automático de las puertas al superar velocidades de 5km/h (más de una décima parte de su velocidad total), cierre centralizado, motor insonorizado...

Para seducir a un mayor número de clientes, el CH26 puede contar con un Kit Sport e incluso con la opción de pintar el techo de color blanco.  Parece que hemos encontrado al Mini del segmento de los minicoches, y como tal, su precio debe ir en consonancia. Al utilizar la expresión "en consonancia" no me refiero a que su precio sea "mini", sino a que con sus 14.500 €, el CH26 cuesta casi lo mismo que un Mini.

Parece que la cosa no pinta muy bien para los minicoches. Por ahora hemos comprobado que son caros, muy caros, y que pese a que intentan aparentar pertenecer al segmento de los utilitarios premium, hace falta menos de un segundo para darse cuenta que no lo son.

Por esa falta de personalidad en su diseño, he decidido que el próximo minicoche sea algo más personal. Algo como el Aixam Scouty R Cabriolet.

Nada más verlo, queda patente que el Scouty R no quiere ser una imitación de otro más, él quiere ser único. Bueno, no le culparemos por intentar destacar.

Con su techo targa, este Aixam quiere seducir a aquellos que busquen algo más en un minicoche. Obviamente ese algo más se queda en el diseño de su carrocería, ya que con sus 2,7 metros de longitud se coloca como el más pequeño del trío.

Si el MGO F8J ya pretendía sorprender por su deportividad, el Scouty R es capaz de llegar aún más lejos. Además de contar con la denominación R, compartida con modelos como por ejemplo el Jaguar XK-R, el Scouty cuenta con asientos deportivos, spoilers, llantas de aleación, radio MP3 y según su catálogo es "MUY FRANCÉS", lo cual no se si va en el buen sentido o no.

Para Aixam, el hecho de contar con un (mini)coche biplaza con techo targa y aspiraciones deportivas tiene un precio, concretamente un precio de 13.730 €. Pero este no es el principal fallo del Scouty R, ya que está demasiado orientado a la deportividad, lo que le convierte en el menos espacioso de la comparativa.


Tras haber analizado tres de los modelos más representativos de su segmento, he llegado a una serie de conclusiones al respecto. En primer lugar, hablamos de minicoches pero no de "miniprecios".

Una de las características de estos modelos es que se pueden conducir sin carnet. Esto favorece que no sólo los jóvenes puedan acceder a ellos, sino también aquellas personas de mayor edad que no han podido sacarse el carnet de conducir, o que ya no lo tienen vigente.

En ambos casos, y dejando aparte el posible peligro de un conductor de más de 70 años sin apenas experiencia tras el volante de uno de estos minicoches, hablamos de coches con precios por encima de los 12.000 €. Sinceramente, y de acuerdo con la situación económica actual, no creo que haya ningún anciano o anciana dispuestos a comprarse uno.

Otra de las ventajas de estos modelos radica en su tamaño. La idea del Volpe de poder acceder a tu puesto de trabajo con tu coche es perfecta, aunque diría que es más bien para vagos, pero en el mercado actual de minicoches no hay ningún modelo de esas características.

De acuerdo que siguen siendo coches pequeños, pero hablamos de coches que rondan los 3 metros de longitud mientras que un Ford Ka se queda en 3,61 y dudo que el modelo de Ford sea considerado como un gigante.

Por otra parte, estoy a favor de que tengan un consumo muy bajo, pero debido a la combinación de las características de sus motores y sus cambios automáticos, los minicoches se han convertido en ruidosos obstáculos con ruedas.

Por lo tanto, tras haber realizado esta comparativa entre algunos minicoches me ha quedado claro que la mejor forma de moverse por la ciudad es ir andando, que es más barato. Y más ecológico. Y también más sano.

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